La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por la acumulación anormal o excesiva de tejido adiposo (grasa corporal).
Surge como resultado de un desequilibrio entre la energía que se consume y la que se gasta en realizar tus actividades diarias.

Desde el punto de vista médico la podemos definir como un problema de salud donde el paciente con estas características tiene un deterioro crónico y progresivo de su salud.

El motivo de esta afirmación es debido a evidencia médica sólida donde se demuestra que las personas que cuentan con obesidad presentan inflamación sobre sus tejidos, predominantemente sobre corazón, pulmones, páncreas e hígado, sin embargo, una vez que la inflamación progresa en uno o más de éstos órganos, inician las manifestaciones de la enfermedad tales como diabetes mellitus, hipertensión arterial, alteraciones del colesterol o triglicéridos, apnea del sueño y en fases avanzadas complicaciones como muerte por infarto agudo al miocardio (IAM), embolia, cáncer de mama, colon, endometrio, entre otros.

Desde el punto de vista médico, la obesidad como definición es toda aquélla persona que cuente con un índice de masa corporal (IMC) mayor o igual a 30. Este índice es una de las medidas estandarizadas (utilizada por todo el personal médico) para calcular el grado de obesidad de un paciente. Es una medición sencilla, basada solamente en el peso del paciente en kilogramos (Kg) y la talla  en metros (m). la fórmula es la siguiente:

IMC= peso (Kg) / altura2 (m2)

La clasificación de obesidad de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud es la siguiente:

La circunferencia de cintura y el índice cintura/cadera (ICC) se utilizan para valorar la distribución de la grasa corporal, siendo la que se localiza predominantemente en el área abdominal la que representa un mayor riesgo para la salud.